El deporte como un auténtico «superalimento» para el cerebro
Autor: Prof. Liu Zheng
El deporte es mucho más que simplemente mantenerse en forma y prevenir enfermedades, es un auténtico «superalimento» para el cerebro.
Al incorporar el ejercicio físico a tu rutina, no solo estás esculpiendo tu cuerpo, sino que también estás fortaleciendo tu mente de manera significativa. Las actividades aeróbicas y los deportes que requieren toma de decisiones van más allá del bienestar muscular, mejorando de manera comprobada la memoria y acelerando el aprendizaje.
Numerosos estudios científicos respaldan los beneficios cognitivos del ejercicio físico regular. La evidencia demuestra que mantener una vida activa preserva las capacidades mentales a pesar del envejecimiento, potenciando específicamente la memoria episódica en adultos mayores. Además, la actividad física actúa como un factor protector contra trastornos cerebrales y puede incluso ayudar a combatir enfermedades neurodegenerativas ya existentes.
El deporte es un «superalimento» para el cerebro
A nivel neurológico, el ejercicio promueve la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro para reorganizarse estructural y funcionalmente. Cuando realizas actividad física, se produce un aumento en los niveles de diferentes factores de crecimiento cerebral, como el BDNF (Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro). Esto estimula la formación de nuevas neuronas y sinapsis, así como también el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en el cerebro. Este proceso de neurogénesis y angiogénesis rejuvenece literalmente tu cerebro, optimizando sus capacidades cognitivas.
Además, el ejercicio aeróbico aumenta el flujo sanguíneo hacia el cerebro, lo que mejora el suministro de oxígeno y nutrientes a las neuronas. Esto a su vez potencia la plasticidad sináptica, que es la capacidad de las sinapsis para reforzarse o debilitarse en función de la actividad neuronal. Una mayor plasticidad sináptica se traduce en una mejor capacidad de aprendizaje y formación de nuevos recuerdos.
En cuanto a los beneficios cognitivos específicos, numerosos estudios han demostrado que el ejercicio regular mejora la memoria, la atención, las funciones ejecutivas (como la planificación, la toma de decisiones y el control inhibitorio) y la velocidad de procesamiento de la información. Estos efectos se observan en individuos de todas las edades, desde niños hasta adultos mayores.
Particularmente en adultos mayores, el ejercicio físico puede retrasar e incluso revertir el deterioro cognitivo leve asociado al envejecimiento. Al rejuvenecer el cerebro a nivel estructural y funcional, se preservan las capacidades mentales y se reduce el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Además de los beneficios cognitivos, el ejercicio también tiene un impacto positivo en el bienestar emocional. La práctica regular de actividades físicas libera endorfinas, hormonas que reducen el estrés y la ansiedad. Asimismo, fomenta el desarrollo de cualidades como la confianza, la disciplina y la determinación, lo que puede ser útil en el tratamiento de adicciones y trastornos de ansiedad.
Recordando las sabias palabras de Juvenal, «Mens sana in corpore sano«, incorporar el ejercicio físico a tu rutina diaria es sin duda una inversión segura e infalible. Es todo un auténtico «superalimento» para el cerebro, manteniéndolo joven, ágil y vigoroso por muchos más años.
Si te gusta este contenido, le recomendamos el siguiente libro:
-
- Tao para Vivir – Ed. Oberon (el enlace redirige a Amazon)
-
- Medicina China Tradicional – Vivir Sin Enfermar – Ed. Oberon (el enlace redirige a Amazon)
Si te gusta te interesa estudiar la Medicina China Integrativa, le recomendamos el siguiente curso: