Todos los beneficios del «grounding» – pisar la tierra descalzo
Autor: Prof. Liu Zheng
Pisar la tierra descalzo, una práctica conocida como «grounding» o «earthing» en inglés, ha ganado popularidad en los últimos años por sus beneficios para la salud. Esta sencilla actividad, que consiste en caminar descalzo sobre la tierra, la hierba o la arena, está siendo redescubierta por sus propiedades terapéuticas, que pueden mejorar tanto la salud física como mental. A continuación, exploraremos los beneficios del grounding y cómo esta práctica ancestral puede ser una poderosa herramienta para el bienestar general.
Desde tiempos ancestrales, los seres humanos han estado en contacto directo con la tierra. Nuestros antepasados solían caminar descalzos o con calzado mínimo, lo que les permitía estar conectados con la energía natural de la tierra. Sin embargo, la vida moderna, con sus suelos pavimentados y calzado aislante, nos ha desconectado de este contacto esencial. Esta desconexión podría ser uno de los factores contribuyentes a muchos problemas de salud modernos.
Uno de los beneficios más destacados de caminar descalzo sobre la tierra es la reducción de la inflamación. Estudios han demostrado que el contacto directo con la tierra puede ayudar a reducir los niveles de inflamación en el cuerpo. Esto se debe a que la tierra posee una carga negativa que, al entrar en contacto con nuestro cuerpo, ayuda a neutralizar los radicales libres, que son moléculas con carga positiva asociadas con la inflamación y el estrés oxidativo. Este proceso de neutralización puede aliviar síntomas de enfermedades inflamatorias crónicas como la artritis.
Además de reducir la inflamación, caminar descalzo puede mejorar la calidad del sueño. El grounding puede regular los ritmos circadianos del cuerpo, que son los ciclos naturales de sueño y vigilia. La exposición a la tierra durante el día puede ayudar a sincronizar el reloj biológico interno, promoviendo un sueño más profundo y reparador durante la noche. Esto es especialmente relevante en nuestra sociedad actual, donde el insomnio y los trastornos del sueño son cada vez más comunes debido al uso excesivo de dispositivos electrónicos y la exposición a la luz artificial.
El contacto con la tierra también tiene efectos positivos sobre el sistema cardiovascular. Estudios preliminares sugieren que el grounding puede mejorar la variabilidad de la frecuencia cardíaca, un indicador de la salud del corazón. Una mejor variabilidad de la frecuencia cardíaca está asociada con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares y una mayor capacidad para adaptarse al estrés. Además, caminar descalzo en superficies naturales como la hierba o la arena puede mejorar la circulación sanguínea, lo que contribuye a una mejor salud cardiovascular.
La práctica del grounding no solo tiene beneficios físicos, sino también emocionales y mentales. El contacto directo con la tierra puede tener un efecto calmante sobre el sistema nervioso. Esto puede ayudar a reducir los niveles de estrés y ansiedad, mejorando el estado de ánimo general. El grounding puede actuar como una forma natural de meditación, donde el simple acto de caminar descalzo y sentir la textura de la tierra bajo los pies puede traer una sensación de calma y presencia al momento. Esto es especialmente beneficioso para aquellos que sufren de estrés crónico o trastornos de ansiedad.

Otro aspecto interesante del grounding es su capacidad para mejorar la función inmune. Al reducir la inflamación y el estrés oxidativo, el grounding puede fortalecer el sistema inmunológico, haciendo que el cuerpo sea más resistente a infecciones y enfermedades. La conexión con la tierra puede estimular los glóbulos blancos, que son esenciales para combatir infecciones. Además, el grounding puede equilibrar los niveles de cortisol, una hormona del estrés que, cuando se encuentra en niveles elevados de forma crónica, puede suprimir la función inmune.
Más allá de los beneficios mencionados, caminar descalzo también puede mejorar el equilibrio y la propriocepción, que es la percepción de la posición y el movimiento de nuestro cuerpo en el espacio. Esto es particularmente importante para los niños en desarrollo y para los adultos mayores que buscan mantener o mejorar su equilibrio y prevenir caídas. Caminar descalzo en superficies irregulares puede fortalecer los músculos y ligamentos de los pies y los tobillos, mejorando la estabilidad general.
Además de estos beneficios, caminar descalzo también ayuda a descargar la electricidad estática acumulada en nuestro cuerpo. En nuestra vida cotidiana, especialmente con el uso de dispositivos electrónicos y el contacto con superficies sintéticas, es común acumular cargas estáticas. Esta acumulación puede causar malestar y afectar nuestro bienestar general. Al caminar descalzos sobre la tierra, permitimos que esta electricidad estática se descargue naturalmente, promoviendo un estado de mayor equilibrio y relajación.
La biomecánica del pie también se beneficia significativamente al caminar descalzo. El calzado moderno, aunque diseñado para proporcionar soporte y comodidad, a menudo restringe el movimiento natural del pie y puede debilitar los músculos y ligamentos con el tiempo. Caminar descalzo permite que los pies se muevan de manera más natural y libre, fortaleciendo los músculos intrínsecos del pie, mejorando la postura y reduciendo el riesgo de lesiones. Este movimiento natural también puede ayudar a corregir desequilibrios posturales y a prevenir problemas comunes como el dolor de espalda y las lesiones en las extremidades inferiores.
Implementar el grounding en la vida diaria es sencillo y no requiere de mucho esfuerzo. Basta con pasar unos minutos al día caminando descalzo sobre la hierba, la tierra o la arena. Incluso en áreas urbanas, es posible encontrar parques o espacios verdes donde practicar el grounding. Si no es posible salir al exterior, se pueden utilizar alternativas como alfombras de grounding, que están diseñadas para imitar los beneficios de la tierra.
Es importante tener en cuenta algunas precauciones al practicar el grounding, especialmente para aquellos con condiciones médicas específicas. Por ejemplo, las personas con diabetes deben ser cuidadosas al caminar descalzas para evitar cortes o heridas que podrían infectarse. Además, es recomendable inspeccionar el área antes de caminar descalzo para asegurarse de que no haya objetos peligrosos como vidrios o espinas.
La práctica del grounding también puede ser una excelente oportunidad para conectar con la naturaleza y fomentar una mayor conciencia ambiental. Al pasar tiempo al aire libre y en contacto con la tierra, podemos desarrollar un mayor aprecio por el medio ambiente y la importancia de cuidarlo. Esta conexión puede inspirar comportamientos más sostenibles y una mayor responsabilidad hacia el planeta.
El grounding es una práctica accesible para personas de todas las edades y condiciones físicas. Los niños pueden beneficiarse enormemente de pasar tiempo descalzos al aire libre, lo que puede apoyar su desarrollo físico y mental. Para los adultos, el grounding puede ser una forma simple pero efectiva de reducir el estrés y mejorar la salud general. Incluso los ancianos pueden encontrar en esta práctica una manera de mantenerse activos y conectados con su entorno.
Pisar la tierra descalzo ofrece numerosos beneficios para la salud física, mental y emocional. Esta práctica ancestral, respaldada por estudios científicos modernos, puede ayudar a reducir la inflamación, mejorar el sueño, fortalecer el sistema cardiovascular, reducir el estrés y la ansiedad, mejorar la función inmune y promover un mayor equilibrio y estabilidad. Además, el grounding nos conecta con la naturaleza, fomentando una mayor conciencia y apreciación por el medio ambiente. Incorporar el grounding en nuestra rutina diaria es una forma simple y efectiva de mejorar nuestra salud y bienestar general. Así que, la próxima vez que tengas la oportunidad, quítate los zapatos y siente el poder curativo de la tierra bajo tus pies.
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