Manejo del estrés a través del microbioma intestinal

25 de junio de 2024
No Enfermar

Un reciente estudio publicado en Nature Mental Health ha aportado nuevas evidencias sobre la colaboración entre el intestino y el cerebro para desarrollar resiliencia al estrés. Estos hallazgos se suman a un creciente numero de investigación que sugiere que el intestino podría ser una vía crucial para prevenir o minimizar los trastornos psiquiátricos relacionados con el estrés.

El fenotipo resiliente del microbioma intestinal

El estudio identificó un fenotipo de alta resiliencia del microbioma intestinal basado en una combinación específica de microbios y metabolitos que mostraban características antiinflamatorias y de integridad de la barrera intestinal. Este fenotipo se asoció con niveles más bajos de ansiedad y depresión en los participantes del estudio.

El equipo de investigación, liderado por Arpana Church, profesora asociada de la Facultad de Medicina David Geffen de UCLA, utilizó una variedad de herramientas para evaluar las características del microbioma. Además de los análisis del microbioma, se realizaron evaluaciones clínicas y psicológicas, así como resonancias magnéticas que examinaron las funciones estructurales y funcionales del cerebro.

Arpana Church

Evaluaciones y métodos del estudio

El estudio incluyó a 116 participantes sanos, de edades comprendidas entre los 18 y 60 años. Los investigadores analizaron muestras de heces para identificar los microbios y metabolitos presentes en el intestino de los participantes. A través de resonancias magnéticas, se examinaron las estructuras cerebrales para correlacionar los datos obtenidos del microbioma con la actividad cerebral y los rasgos psicológicos de los individuos.

Uno de los hallazgos más significativos fue que el microbioma tiene un papel fundamental en la formación de la resiliencia. Modificar el microbioma intestinal podría ser una estrategia efectiva para optimizar la salud mental, sugieren los investigadores.

La profesora Church destaca la importancia de entender las relaciones entre el estrés y el cuerpo para prevenir o mitigar tanto las dolencias físicas como las mentales. El estrés, señala, es una parte inevitable de la experiencia humana. Según datos citados en el estudio, el 77% de los estadounidenses presenta síntomas físicos relacionados con el estrés, y el 33% reporta niveles de estrés extremos.

El impacto económico del estrés también es significativo, con una pérdida anual de 300 mil millones de dólares en gastos de atención médica y pérdida de productividad laboral en los Estados Unidos.

Lo que realmente distingue a este estudio es su enfoque en la salud y las características positivas del microbioma en personas resilientes, en lugar de centrarse únicamente en las enfermedades y sus tratamientos. Este enfoque permite una visión más holística de cómo el intestino y el cerebro colaboran para mantener la salud mental y física.

Las diferencias en los microbios y metabolitos entre individuos con alta y baja resiliencia fueron claras. La alta resiliencia se asoció con biomarcadores que indicaban una mejor integridad de la barrera intestinal, menores niveles de psicopatología relacionada con la depresión y la ansiedad, mejor función cognitiva, menor volumen de materia gris en el cerebro y un aumento en los circuitos funcionales cerebrales.

Una barrera intestinal comprometida, también conocida como «intestino permeable», se considera un factor potencial en varias enfermedades crónicas. La disbiosis, o desequilibrio de los microbios intestinales, se asocia con inflamación y diversas enfermedades crónicas.

El análisis del microbioma en individuos de alta resiliencia reveló niveles elevados de microbios y metabolitos que son:

  • Mejor adaptados al ambiente
  • Capaces de replicar y reparar el ADN
  • Más eficientes en el metabolismo de carbohidratos y energía
  • Antiinflamatorios

Además de las características biológicas, los individuos más resilientes mostraron rasgos psicosociales positivos. Eran menos críticos, más tranquilos, amables, extrovertidos y atentos. Tenían niveles más bajos de estrés percibido y menor neuroticismo. La relación entre el intestino y el cerebro se describe como un sistema de frenos en funcionamiento: si los frenos funcionan bien, se puede modular y controlar mejor la situación, manteniendo una regulación emocional y una respuesta cognitiva adecuadas.

Los hallazgos de este estudio podrían conducir a nuevos enfoques en salud mental. Tradicionalmente, la resiliencia se ha visto como un rasgo psicológico relacionado con la voluntad y la capacidad de utilizar estrategias cognitivas. Vanessa Ruiz, médica naturópata y oradora nacional sobre experiencias adversas en la infancia, señala que el estrés es un estado hipermetabólico, y la resiliencia puede estar vinculada a un estado de resistencia metabólica durante momentos de estrés. El microbioma juega un papel crucial en esta adaptación.

El estudio ofrece una perspectiva holística sobre las adaptaciones de la resiliencia, enfatizando la interacción dinámica entre el microbioma, la neuroplasticidad y las adaptaciones al estrés. Aunque no establece una relación de causalidad directa, ayuda a esclarecer cómo la resiliencia al estrés podría estar influenciada por estos factores.

estrés microbioma

La Importancia del Microbioma en la Salud Mental

Chelsea Blackbird, nutricionista y copropietaria de The School of Christian Health and Nutrition, destaca que la mayoría de las personas no son conscientes del impacto que tiene el intestino en el cerebro y en la producción de neurotransmisores que modulan el estado de ánimo, como la dopamina y la serotonina. Una buena salud intestinal respalda una buena salud mental, y muchas personas pueden evitar medicamentos farmacéuticos para problemas de ansiedad y depresión una vez que restauran un microbioma intestinal saludable.

En el futuro, estrategias para estimular el intestino, como el uso de probióticos, prebióticos, suplementos y una dieta adecuada, podrían emplearse para tratar problemas de salud mental de manera similar a cómo usamos la vitamina C para prevenir resfriados.

Arpana Church subraya que estas intervenciones son cambiables y manipulables. No es algo fijo como tener cáncer; se pueden implementar muchas estrategias para mejorar los microbiomas cerebrales e intestinales y las variables de comportamiento. Debido a la relación bidireccional entre el intestino y el cerebro, las estrategias que benefician al cerebro también pueden ser útiles para la salud intestinal.

 

Recomendaciones Dietéticas

Church recomienda una dieta rica en fibra, que incluya probióticos y minimice los edulcorantes artificiales, los alimentos procesados y los azúcares añadidos. En lugar de seguir dietas estrictas, sugiere consumir 30 tipos diferentes de frutas y verduras por semana para estimular un microbioma intestinal saludable, respaldar el funcionamiento óptimo del cerebro y mejorar el bienestar general.

  • Que sea alto contenido de fibra.
  • Que incluya alimentos probióticos
  • Hay que minimizar los edulcorantes artificiales, los alimentos procesados ​​y los azúcares añadidos.
  • Una dieta equilibrada y diversa.

Los investigadores están trabajando en ensayos clínicos que evaluarán intervenciones dietéticas, probióticos, prebióticos y terapias dirigidas al cerebro. La manipulación del cerebro y el microbioma intestinal para prevenir enfermedades o ralentizar su progresión será un enfoque clave en el futuro, permitiendo a las personas implementar estas estrategias por sí mismas.

Este estudio abre una nueva puerta a la comprensión de la resiliencia al estrés y subraya la importancia de mantener una buena salud intestinal para promover una mejor salud mental y física.

 


Artículos que te podría gustar:


Selecciona una red para compartir!